29 de Julio de 2010
Krakow - Suwalky
Tras hacer deporte por el río Wisla y comprar algo de desayunar, tomamos Rumbo a los países Balticos, pasando por Varsovía, que en el trayecto decidimos saltarla y verla desde la furgo, una ciudad con movimiento y con muchas obras, que aunque se merezca verla con calma lo dejaremos para otra ocasión, así que desde nuestra Blanquita le dijimos adiós, y pusimos rumbo Kaunas, salir de varsovía fue un gran triunfo, sus avenidas de varios kilómetros y sus señales que solo ellos entienden nos hicieron el mediodía un poco insoportable, pero tras varias rectificacioens de ruta conseguimos salir de Varsovia. Acampamos en un area de descanso dónde había todo lo que necesitábamos, césped, agua, mesas y una noche abierta sin viento ni frío, así que cenamos y a preparar la ruta de mañana.
30 de Julio de 2010
Suwalky – Frontera Rusia
Después de desayunar, hicimos un “break” para decidir si continuar hasta San Petersburgo o bien desviarnos lo más rápidamente hasta Rusia vía Moscú, la idea de visitar las repúblicas Bálticas era tentadora, ver el más Báltico y sus capitales y después seguir hasta San Petersburgo me atraían mucho, debatimso el tema con calma y al final vimos que la opción de acortar tiempo para ganarlo en visitar Mongolia tenían más peso y decidimos pasar rápidamente por Ltuania y Estónia y así lo hicimos, por turnos conducimos hasta la frontera y sobre las 8.30p.m estábamos ya a un paso.
Es aconsejable pasar las fronteras de día, de hecho lo es, y por la experiencia del año pasado dónde tardamos 8 horas en pasarla advertimos a todos de esta parte de la historia, de todas formas fuimos a ver que nos deparaba, nos encontramos una cola de 10 coches por delante, nada mal, y en poco más de 40 minutos ya estábamos en el primer control, dónde lo pasamos y nos recibieron para la verificación de los pasaportes, es en este punto dónde empezamos a ver que no todo era tan rápido, resulta que uno de los pasaportes estaba algo roto por el lateral, el punto dónde se sujetan todas las hojas, y eso empezao una cadena de llamadas a los jefes de guardia, así que les explicamos como pudimos que estaba ya así por viejo, y fue entonces cuándo se presenta el jefe de turno para tratar el tema del pasaporte, su dueño fue con el “amigo” guarda a una habitación dónde le tomaron declaración, tras unos 5 minutos sin saber que había pasado con el miembro del equipo apareció con una sonrisa diciendo que estaba todo arreglado, que bien, nada es previsible con los Rusos y menos que permitan entrar con un pasaporte en mal estado, así que todos subidos a Blanquita y al siguiente control para que la revisen.
Y aquí viene un poco la historia de este día, nos revisaron el número de bastidor, sacaron las mochilas, y se toparon con la caja de material escolar que llevamos para donar a los niños de Mongolia, hasta ahí bien pero vieron las cajas de medicamentos, que por supuesto no llevábamos ninguna documentación por lo cual y tras insistir nos dijeron que no podían permitir pasar todo aquello, así que ya me veis rellenando más documentación, entendiéndome con una sargento que solo te daba el coñazo en Ruso, firmando que habíamos entrado medicamentos sin documentos, y un sinfín de imprevistos, así que para los próximos equipos, no intentéis llevar un gran volumen de medicinas sin papeles, nos dieron el paso hacia la frontera Lituana, haciendo lo mismo de antes, rellenando documentos para la entrada en Lituania, que como veníamos de Rusia teníamos que realizar. En ese transcurso, debíamos decidir si tirar los medicamentos, puesto que los guardas fronterizos Rusos no querían ocuparse, fue una opción que intentamos para que nos dejasen pasar, el donar los medicamentos allí, o bien buscar un Hospital Lituano y dejarlos allí, sabíamos que el tiempo corria contra nuestra, pues el cambio de turno fronterizo finalizaba en 3 horas, y era mejor que los mismos guardas estuviesen allí cuándo volviésemos a darles el coñazo, pues ya nos conocerían y la entrada sería más cómoda para todos. Nos desplazamos a toda velocidad a un pueblo cerca de la frontera a unos 35kms, preguntamos a la gente, era viernes por la noche y aún se veía gente que regresaba de fiesta, encontramos el hospital sin problemas y dejamos las medicinas allí, era algo importante el poderlas ubicar, para nosotros un triunfo que al menos podrán hacerlas servir allí, aunque nos hubiera gustado cumplir con los patrocinadores que nos dieron su confianza en finalizar el viaje con nosotros en Mongolia, queremos agradecerles su interés en el proyecto.
Teníamos que volver a la frontera antes del cambio de turno, llegamos en unos 20 minutos y teníamos a 10 coches delante, ya no era persona para contar los minutos que estuvimos parados, todos estábamos muy cansados, nos despertábamos al oír un motor arrancar, y nos dormíamos al comprobar que era un camión, agotados, ya amanecía cuándo empezamos a movernos, gracias al doble visado que IberRusia nos aconsejo, pudimos volver a entrar en la frontera, sino estaríamos perdidos hasta conseguir otro, fue muy positivo al ver que nos devolvían el saludo todos los funcionarios, al final no son mala gente solo hacen su trabajo, la cosa fue más rápida pero no pudimos llegar a tiempo, justo en el último control del coche era el cambio de turno y tuvimos que esperar una hora hasta los nuevos funcionarios, pero como buenos españoles y catalanes, empezamos a sacar bolsas de comida y nos hicimos un desayuno bien merecido, delante de los incrédulos guardas y ciudadanos que estaban detrás nuestro, por fin sobre las 10 a.m pisábamos suelo Ruso al jurar a la oficial que esta vez no llevábamos nada de medicinas (mentira, nuestras mochilas estaban llenas, pero solo para uso privado) … jejejeje.. algunas medicinas llegarán a Mongolia, os lo prometemos.
31 de Julio de 2010
Frontera Rusa - AEMIDOR
El día fue duro después.. Elena y Montse que pudieron hacer pequeñas cabezaditas por la noche tomarón la decisión de coger la furgo y empezar hacerle los primeros kms en Rusia, como habíamos dicho pasaríamos de ir por la grandes capitales, así que empezamos a bajar hacia el sur, pasando por pueblos de la antigua república soviética, paramos en una zona de lagos y nos refrescamos en el agua, también hicimos una comida campestre al lado y emprendimos la marcha, mientras Markos, Katien y yo, descansabamos atrás, al atardecer era hora de localizar un sitio para acampar, en Rusia no hay campings o almenos por el momento no hemos visto, así que cualquier sitio apartado de la carretera es bueno, siempre que no hayan mosquitos algo muy frecuente por la estepa rusa, así que acampamos, cenamos un buen arroz con huevo frito y tomate y dormimos del tirón.
01 de Agosto de 2010
AEMIDOR – Moscú
Lo sé, lo sé, habíamos dicho que nada de capitales, pero los planes tal como se planean, se vuelven a planear, eso de “Plan B” no es típico, pero si la improvisación, nos dirigíamos al penúltimo anillo de Moscu, dónde lo recorreríamos para evitar entrar en la capital por la M3, accederíamos a la 107, pero teníamos claro que Elena necesitaba ir a la embajada de España para ver el tema de su pasaporte, así que sin más dilema, Montse, puso la directa hacía Moscú, por la carretera M3 (sin peajes) de dos carriles en ambos sentidos, no muy colapsada, con tramos malos y muchos otros buenos, controles de policía cada 20 kms o en los cruces importantes…
Llegamos a Moscú sin problema aparcamos la furgo cerca de un gran parque dónde conmemoran a los caídos, ya sabéis que en Rusia va mucho el tema de la 2ª gran Guerra, tanques y cañones de artillería decoraban las inmensas calles del parque, estuvimos allí para comer, decidir llevar a Blanquita a un parking, y encontrar una pensión.
En pleno centro paramos a preguntar a un hotel bastante bueno por la apariencia, y nos dejaron usar su parking muy amablemente, mientras preguntamos a unos chicos por una pensión, uno de ellos Mikael (Miguel) hablaba español muy bien y nos ayudo junto a su Madre y su hermano a llamar a los hoteles baratos, finalmente el precio estaba en unos 6.000 rublos, algo caro pero esto es Moscú, una ciudad cara, con unos coches de antaño que conviven con Mercedes SLK, Porsche, Ferraris (vimos como 5 en 4 horas), Dodge, Jeeps y todo tipo de 4x4 que os podais imaginar…
Cogimos dirección el hotel, finalmente un taxista nos llevo hacía el lugar, y cogimos dos habitaciones en otro hotel cercano por unos 3600 rublos, mucho más barato.
Ya es media noche aquí con un calor de 30 grados, no corre el viento y la habitación está en un noveno piso, lo bueno es que es confortable, aunque le falta el aire acondicionado, la furgo está en el parquing y otra noche redonda, mañana por la mañana mientras Elena hace sus gestiones lo dedicaremos a descubrir Mosku, algo que no figuraba en el retoque de la ruta pero por circunstancias inevitables volvió a resurgir, estoy contento por ello y también por tomar buenas decisiones entre todos.
1 comentario:
Hola chic@s!
¿Cómo va el viaje? Espero que bien. ¿Habéis tenido muchas problemas con los incendios de Rúsia? Espero que no. Se os echa de menos!
Un abrazo y muchos besos!
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